Una vez hayas definido quiénes son tus clientes y por qué medios quieren que te encuentren es hora de ponerse a trabajar en el contenido. Dicho contenido ha de ser creativo, acorde con tu imagen de marca y al público al que te diriges. Si tienes una hamburguesería para jóvenes no hables de usted, usa un lenguaje coloquial e imágenes frescas de jóvenes comiéndose una hamburguesa dando igual si se manchan la mano. 😉
El contenido ha de ser frecuente, pero no pesado, no podemos hacer publicaciones cada 15 días y esperar que tengan algún resultado, debemos llevar una frecuencia de entre 1 y 3 publicaciones a la semana, dependiendo de la plataforma. Otra opción, pero con la que se necesitan un mínimo de conocimientos de marketing digital, es realizar acciones de paid media, es decir, publicidad pagada en las diferentes redes sociales. Así mismo, en ocasiones, puede ser fructífero realizar colaboraciones con influencers a fin de llegar a más gente. Todas estas estrategias será necesario que las midamos una vez efectuadas, para así poder repetir las que están funcionando y no volver a hacer las que no.
Recuerda que lo que publiques en tus redes sociales o web, es como tu foto de TINDER, es lo que hará que el posible cliente te elija a ti o a otro.